martes, 11 de enero de 2022

«Trasiego» o los espectros imperiosos de Juan Calzadilla





-Ricardo Romero Romero-

Cuando nos hallamos ante un espejo, vemos una construcción de la imagen de nuestra representación física o carnal. Exploramos algún tipo de cambio en nuestros rasgos, y en el caso del paso de la edad, si hay nuevos signos de madurez.

Hay cosas que ignoramos de nuestra propia constitución corporal. Generalmente, no conocemos a detalle cómo se ve nuestra espalda o la parte trasera de la cabeza o incluso, desde una visión cenital, cómo se ve el tope de nuestro cabello.

A pesar de que podemos usar otro espejo para ver esos detalles en contraimagen, no hay manera de que podamos ver con nuestros propios ojos, esas partes de uno que escapan a nuestro campo visual, se debe observar con el foco espectral:

PARADOJA DEL CIRCUNLOCO

 

Yo estoy bastante satisfecho de que
Pueda hablarme a mí mismo
Y de que, además, pueda ser
oído por alguien
que como yo es de mi entera
confianza.
Y que me presta tanta atención
como la que yo a mí mismo me presto.

Teniendo como premisa el soliloquio, la poesía es como ese espejo de palabras que refleja nuestro organismo impalpable. Esa parte de nosotros que no podemos percibir de forma directa con nuestros sentidos:

ASILO EN OTRO CUERPO

 

Mi cuerpo es el lugar donde momentáneamente
he encontrado asilo. Lo que más temo
en este nuevo estado
es que pueda ser víctima de una orden
de desocupación. Y que entonces
no tenga yo otro cuerpo a donde ir.
A menos que me asignen cupo
en un galpón del cielo.

 

Verse desde adentro, en pensamiento periférico, es la virtud del polifacético cultor Juan Calzadilla (1) en su libro Trasiego. Poemas para capear la cuarentena (2). Plaquette publicada bajo el sello Aforemas Ediciones. Calzadilla establece una poética autobiográfica, no contenida en sus realizaciones artísticas, sino en su psique fantasmal:

 

EL POETA SUBVERSIVO

Entiendan que, si el poema aún
no ha podido ser escrito, no vale
la pena volver a él. La poesía es
abuso, insolencia de los sentidos
frente a lo real, tachadura de
éste. Magulladura. Entonces no habría que
lamentarse porque haya quien pretenda pasar
como poeta por un subversivo. Pues está en su
derecho, considerando su derecho como pretensión
o, mejor aún, como insolencia.

El poeta, nos permite el encuentro con las voces del pensamiento, a través de un conjunto de retratos que se dibujan en versos filosóficos. En su proyección metafórica, encontramos respuestas a dudas, quizás con otras dudas o con palabras que obedecen a una lógica desconocida. El poeta nos eleva con sus líneas, a espectros imperiosos del ser:

EL ABSURDO ES FANTÁSTICO


_Todo aquello sobre lo cual se reflexiona mucho
se torna problemático.
Todo lo que comienza a hacerse problemático
termina como tema de reflexión.
Lo problemático hace que el pensar piense.
_ ¿Entonces, usted quiere decir que el absurdo
es problemático?
_Claro que no. Sencillamente es
absurdo.
El absurdo no necesita exagerar,
con él mismo se basta.

El asombro, es parte del estilo magistral de Juan Calzadilla. En su poesía se siente la libertad y el esplendor del pintor de palabras, un consumado creador de crespúsculos.


***

Texto tomado de la siguiente página: https://juancalzadilla.com/2021/09/21/trasiego-o-los-espectros-imperiosos-de-juan-calzadilla-por-ricardo-romero-romero/

 

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